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628. Lunes, 17 octubre, 2005

 
Capítulo Sexcentésimo vigésimo octavo: "Nunca se miente más que después de una cacería, durante una guerra y antes de unas elecciones" (Otto Von Bismarck 1815-1898 político alemán)

Aunque podrían (y hasta deberían) estar colocados en la estantería reservada para los libros de "humor", por alguna desconocida razón los libros de "autoayuda", al menos aquellos que tienen que ver con "cómo tener éxito en el amor", suelen estar situados en la sección de "relaciones personales".

La mayoría de ellos encajan en alguno de los tres tipos básicos que existen: los dirigidos a las personas desesperadas que no ligan nunca; los que están escritos para las personas emocionadas que acaban de ligar y quieren retener a su pareja mediante "sofisticadas" técnicas, y aquellos escritos para las personas aburridas que ligaron una vez en 1964, todavía siguen con la misma pareja y pretenden -de ilusíón también se vive- relanzar su "vida amorosa".

Después de haber hojeado-ojeado algunos de ellos, y dejando a un lado la manía que parecen tener todos los autores de estos libros por recomendar, al menos en la primera vez, colocar velas en la habitación y embadurnar el cuerpo de la "presa" con nata, he llegado a una conclusión: triunfar en el "amor" dependerá, sobre todo, del sexo del "cazador".

Así, mientras que para un hombre tener éxito con una mujer pasa inevitablemente por "trincársela", para una mujer, en cambio, el éxito a la hora de conseguir el amor de un hombre, consistirá, simplemente en "pescarlo".

Cuestión de sexos, supongo.

Por cierto, el número de lametones idóneo para acabarse un helado, independientemente de su tamaño, es de cincuenta. Ni uno más ni uno menos. Lo dice un extenso y concienzudo estudio de Frigo.

Para que luego digan que la gente pierde el tiempo y el dinero "investigando" cosas inutiles. Es lunes y se nota. Paciencia.