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638. Lunes, 31 octubre, 2005

 
Capítulo Sexcentésimo trigésimo octavo: "Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar". (William Shakespeare, 1564-1616, escritor inglés)

Ya que posiblemente acabaremos (más bien -pura estadística de esperanza de vida- "acabarán") siendo súbditos de una persona de sexo femenino, no estaría de más empezar, cuanto antes, un acercamiento a tan extraño "universo".

Mi completo desconocimiento en tan confuso asunto parece ser el causante de mi irracional rechazo a todo lo que tenga que ver con la "mujer". Rechazo que por suerte, y gracias a esto de internet, voy poco a poco solucionando.

¿Por qué a las mujeres les duele tanto, especialmente en ciertas situaciones, la cabeza? Duda aclarada.

En los estuches de aseo de las señoras más cultas e importantes del Renacimiento, nunca faltaban unos peines de minúsculas púas que tenían una única y especialísima misión: permitir la retirada de las liendres y los piojos del cabello.

Unos parásitos que eran plaga muy común y que todos los prohombres de ciencia de la época consideraban como los responsables de las frecuentes cefaleas que indisponían a las mujeres.

Seguro que fueron los de Bayer los que empezaron a ocultar esa información. Todo con tal de cambiar "su" aspirina por el mucho más práctico y barato peine.

Ni caso. Hoy lunes, media España de puente y el mejor bailador sin castañuelas.

Por cierto, ¿no era costumbre dar un día ("o-varios" por aquello de ser mujer) de fiesta para celebrar el nacimiento de la heredera? Hasta el miércoles..