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  599. Viernes, 2 septiembre, 2005

 
Capítulo Quingentésimo nonagésimo noveno: "Para escribir un buen libro no considero imprescindible conocer París ni haber leído El Quijote. Cervantes, cuando escribió El Quijote aún no lo había leído" (Miguel Delibes, 1920, escritor español).

Algunas normas básicas, justas, necesarias e imprescindibles para mejorar la (ahora muy deteriorada) calidad de vida laboral:
1. - Cualquier actividad relacionada con el trabajo sería susceptible de ser interrumpida con carácter de urgencia siempre que el trabajador tuviera o tuviese la más mínima sensación (subjetiva, por supuesto) de cansancio.

2. - Saludar cada mañana a (ciertos) compañeros con un beso de tornillo así como evitar dirigirle la palabra a otros, sería un síntoma de exquisita educación.

3. - Interrumpir la lectura del periódico en horario laboral por parte de un superior sería considerado falta; si la interrupción se realiza cuando el empleado está desayunando, crimen. Insistir en la interrupción, merecedor de la pena capital.

4. - El día de Navidad y su semana de fiestas se celebrarían todos los meses del año y en todas las ciudades de España. (Las pagas extras devengadas por tal festividad serán, como derecho adquirido, innegociables).

5. - El multiorgasmo sería contagioso.

6. - El sueño, el cansancio, la resaca o el lógico trauma producido por mirarte sin querer en el espejo cuando te acabas de levantar esa misma mañana, podrían servir como motivo de baja laboral, y desde luego, como excusa para llegar tarde cualquier día.

7. - Se establecería por ley un reparto más equitativo de los meses de vacaciones respecto a los laborales: seis y seis.

8. - La formación continua de los trabajadores es un pilar fundamental para la buena marcha de la empresa: ver páginas porno en horario de trabajo podría ser motivo de ascenso automático, siempre que las páginas contuvieran novedades importantes (o en su defecto, bomberos en tanga).

9. - Caso de tener superiores de buen ver, piropearles pasaría a ser un rasgo de ambición y acarrearía un ascenso inmediato, una cena pagada por la empresa y su correspondiente final.

9. - El tamaño no importa.

10. - La siesta, de al menos 30 minutos, formaría parte del horario laboral en cualquier momento del día y se podría llevar a cabo tantas veces como fuera necesaria, cancelando en ese momento y de forma automática, cualquier tipo de reunión o llamada.

11. - El traje y la corbata quedarían sustituidos durante el verano por camisas de manga corta y bermudas. En el invierno, y debido al frío que hace durante esa estación, no se trabajaría de ninguna forma.

12. - La cafetería, señalizada convenientemente con carteles de "uso obligatorio", y por cuestiones de redistribución de la riqueza, sería en régimen de barra libre con cargo a los beneficios empresariales.

13. - Si el trabajo es cara al público, matar a un "cliente" sería considerado siempre como "legítima defensa".

14. - La eyaculación precoz y la impotencia no responderían a causas psicológicas, simplemente no existirían.

15. - Los teléfonos se desconectarían automáticamente después de un minuto de conversación, siempre y cuando la llamada estuviera relacionada con el trabajo.

16. - La inactividad sexual involuntaria sería considerada como enfermedad profesional y su tratamiento costeado por la Seguridad Social con carácter de urgencia.

17. - Las reuniones de trabajo para trazar planes, establecer objetivos y planificar tareas tendrán que convocarse obligatoriamente los 29 de febrero.

18. - El tamaño importa

19. - El diseño del mobiliario permitiría que al sentarse en la silla, ésta fuera capaz de transformar automáticamente la grasa de cualquier parte del cuerpo en músculo.

Naturalmente esta es una lista de mínimos donde sólo se encuentran recogidos unos escasos 19 puntos considerados como innegociables. A partir de aquí se admiten sugerencias para avanzar en las propuestas. Hasta el lunes.