A pesar de estar a fin de mes no hay que desesperarse, aunque seamos pobres
-que lo somos- también podemos ir este fin de semana "
hechos un pincel".
Bastará con rebuscar un poco en la nevera. Así, como suena.
Ya los egipcios y los romanos eran unos "
artistas" del tema a la hora de usar todo tipo de desodorantes, cremas, suavizantes, tónicos y demás "cosméticos" elaborados con ingredientes completamente naturales: albayade (blanco de España) y tiza para aclarar el rostro, harina y mantequilla para curar espinillas y erupciones cutáneas, piedra pómez mezclada con orina de niño para blanquear los dientes, loción de amapola para suavizar la piel del rostro o una mezcla de vinagre, arcilla y corteza de encina macerada con limón para endurecer los pechos.
El poeta satírico Juvenal menciona en uno de sus escritos el "
sudor de lana de oveja" como una excelente crema de noche, algo mucho más natural y mucho más barato que ponerse cualquier crema de belleza moderna, cremas que al fin y al cabo suelen llevar el mismo "curioso" elemento, aunque ahora para ser más "
correctos" llamen al susodicho "
sudor", lanolina.
Enrique VI popularizó una pomada perfumada elaborada con manzanas y grasa de perro joven con la que se embadurnaba y el
Barón de Dupuytren era adicto a un crecepelo que elaboraba con 150 gramos de virutas de boj maceradas durante dos semanas en 300 mililitros de vodka, a la que luego añadía 50 de extracto de romero y 13 de extracto de nuez moscada.
María Antonieta combatía el acné, al que era muy propensa, con la crema que resultaba de cocer a fuego muy lento, leche, limón natural y brandy mientras que la
Duquesa de Alba (la que retrató Goya) se colocaba cada mañana una mascarilla hecha con cuatro claras de huevo batidas y cubiertas con agua de rosas, llevadas a ebullición y espolvoreadas después con 15 gramos de polvo de alumbre (una especie de sal) y 7 de aceite de almendras.
Un poco de imaginación y una nevera medianamente surtida bastan para hacer de la cocina un completo instituto de belleza con vistas a triunfar el fin de semana.
Manos a la masa.