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  529. Miércoles, 20 Abril, 2005

 
Capítulo Quingentésimo vigésimo noveno: "¡HEY¡ ¡SIMBA! ¡SIT! ¡SIT!" (Últimas palabras de Marcelo H. 37 años, domador de leones, antes de meter la cabeza en las fauces de uno de ellos)

Cuanto más "civilizados" somos, mayor es la tendencia que tenemos a la hora de contener determinados "impulsos", impulsos que a pesar de ser completamente naturales y lógicos, acabamos reprimiendo por aquello de que está mal visto ponerlos en práctica delante de los demás.

La cosa no es de ahora, ya el emperador Claudio promulgó un edicto estableciendo cómo se debían expeler las ventosidades durante las comidas, era el llamado "Flatum crepitumque ventris in convivio mettendis", en el que de una forma minuciosa, el emperador "recomendaba" unas mínimas normas a cumplir en tan "delicado" momento.

Mucho más "prácticos" fueron los consejos que siglos más tarde dictó Erasmo de Rotterdam en una obra que escribió para la educación de un muchacho noble, "De civilitate morum puerilium" , en la que desaconsejaba una regla que hasta entonces se consideraba lógica en gente civilizada: la de aguantarse

  "..aunque algunos recomiendan a los niños que retengan los flatos apretando las nalgas, hay que decir que está mal coger una enfermedad por querer ser educado. Si uno puede salir, hágase aparte; si no, sígase el viejo proverbio, disimúlese el ruido con una tos"

Pero teorías aparte, la mejor forma de salir airoso (y nunca mejor dicho) en este tipo de trance es hacerse directamente el tonto, siempre habrá alrededor quien tome conciencia de la situación y se ponga nervioso pensando que alguien pudiera especular que ha sido él el causante del "incidente" y se acabe así "delatando".

Por cierto que en estos casos nunca viene mal una "ayudita".

Cuenta el hijo de Camilo José Cela que en una cena a la que asistió su padre, colocaron al escritor al lado de una señora por la que no sentía el más mínimo aprecio. A mitad de la comida Cela expelió una ruidosa ventosidad y dirigiéndose a la señora dijo en voz alta "No se preocupe señora, diremos que he sido yo".