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  521. Viernes, 8 Abril, 2005

 
Capítulo Quingentésimo vigésimo primero: "Morir es una cosa muy triste y sombría. Mi consejo es que procures no tener nada que ver con ella" (W.Somerset Maugham, 1874-1969, novelista británico)

Un "blog" como este, que vive rabiosamente pegado a la actualidad, no puede pasar un día como el de hoy, tan fúnebre (pero fúnebre, fúnebre), colocado además dentro de una semana fúnebre (pero fúnebre, fúnebre) y dentro de un mes fúnebre (pero fúnebre, fúnebre), sin hablar del tema.

Un tema, por otra parte, bastante fúnebre.

El asunto es delicado, es verdad, pero no hay que creerse todo lo que sobre el nos cuentan: ante las posturas oficiales empeñadas en vendernos "pasar por el horno" o acabar a "dos metros bajo tierra", existen otras alternativas.. y mucho más elegantes.

El filósofo británico Jeremy Bentham (1748-1832) donó al morir todos sus bienes al University College Hospital de Londres, a condición de que su cuerpo fuera embalsamado y presidiese todas las reuniones de la directiva del hospital.

El doctor Southward Smith, por petición expresa de Bentham, se encargó de la operación, montando el esqueleto, fijándole una cabeza de cera modelada a imitación del verdadero rostro del filósofo, vistiéndole con sus ropas y un sombrero y sentándolo en un sillón sosteniendo su bastón favorito.

El esqueleto fue colocado en una urna acristalada de madera de caoba, así, durante los noventa y dos años siguientes, presidió todas las juntas directivas del hospital.

De todas formas y teniendo en cuenta que no a todos nos apetece andar de reuniones, y menos después de muertos, más tiempo del imprescindible, y si al final nos decidimos por acabar con unas buenas palas de tierra encima, al menos vayamos con la época: seamos muertos, pero muertos ecológicos.

Por eso, no está de más recordar que el último grito en el negocio funerario son los ataúdes, lápidas y nichos con placas solares incorporadas, que, durante el día hacen acopio de energía solar, y por la noche la convierten en luz, para iluminar el panteón.

Este diseño, es obra de una compañía funeraria austriaca, y el modelo estándar cuesta 3.460 euros.

Es ideal para unos cementerios bonitos y ecológicos.

Hay alternativas.

Hasta el lunes.