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  517. Lunes, 4 Abril, 2005

 
Capítulo Quingentésimo decimoséptimo: "Muchos hombres se enamoran de un hoyuelo y cometen el error de casarse con la chica entera" (Stepen Leacock. 1869-1944, humorista canadiense)

Es patente mi desconocimiento, en toda su amplitud, de todo lo que tenga que ver con el sexo femenino.

Siempre me han parecido de una complejidad tal, que cualquier cosa que tenga que ver con "ellas" lo único que suele producirme, y eso cuando me lo produce, es indiferencia.

Quizá por eso me asombro de cosas que, aunque para el resto de los mortales seguro que son completamente normales, a mi me producen una absoluta sorpresa.

Resulta que me entero, (las circunstancias en las que se produce información tan "instructiva" no vienen muy a cuento ahora, pero basta decir que no era una situación indecorosa precisamente) que las mujeres, dentro de su milenaria cultura, tienen ciertos "mecanismos", (que se deben de transmitir entre ellas de generación en generación, digo yo), para saber si unas bragas le van a sentar bien o no sin necesidad de probárselas.

La cosa no tiene mucha complicación, basta con extenderlas sobre una mesa con la parte delantera hacia arriba. Si las aberturas de las piernas quedan planas en forma de "V", lo más seguro es que hagan marcas y tengan tendencia a subir.

Si, en cambio, las costuras laterales están redondeadas y se curvan un poco, esas bragas se adaptaran perfectamente al cuerpo.

Por cierto, y ya metidos en faena, las bragas escotadas alargan ópticamente la pierna de las mujeres.

El universo femenino.. ese gran desconocido cultural lleno de enigmas tan inexplicables.