Capítulo Quingentésimo quinto: "Mi interés por el futuro se debe a que voy a pasar el resto de mi vida allí" (Charles F. Kettering, 1876-1958 Inventor estadounidense)El águila es el ave con mayor longevidad: llega a vivir hasta 70 años.
Pero para que eso ocurra deberá tomar una seria y difícil decisión cuando cumple los 40.
Justo a esa edad sus uñas se vuelven apretadas y flexibles y ya no consigue con ellas cazar a sus presas que son, al fin y al cabo, su alimento.
Su pico largo y puntiagudo se curva apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas se vuelven muy gruesas.
Volar se hace casi imposible.
Es entonces cuando el águila se tiene que enfrentar a la decisión: morir o enfrentarse a un dolorido proceso de renovación que durará 150 días.
Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y buscar un nido lo más resguardado posible.
Una vez allí, el águila comenzará a golpear su pico en la pared hasta conseguir arrancarlo. Luego deberá esperar el crecimiento de uno nuevo con el que desprenderá una a una sus uñas viejas a la vez que va perdiendo poco a poco sus plumas inservibles.
Cinco meses después sale para su vuelo de renovación... y a vivir 30 años más.
A mí me pasa a partir de las nueve de la noche cada día, lo mismo que al águila cuando llega a los 40, pero tengo que reconocer que, igual que ella, después de las diez horas de sueño de "renovación", estoy dispuesto a comerme el mundo.
Es una pena que esta euforia matutina solo dure hasta que tenga que empezar a trabajar dentro de unos minutos.
Vida esta más dura