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  487. Viernes, 11 Febrero, 2005

 
Capítulo Cuadringentésimo octogésimo séptimo: "Salimos de casa cansados de nosotros mismos y volvemos cansados de los demás. (Yzarn-Fressinet 1808-1889 Escritor y político francés.)

Será por esa madurez que da la edad, -será-, pero poco a poco voy encontrando las respuestas a tantas y tantas preguntas que mentes tan "perezosas" como la mía, se habían venido haciendo desde siempre y a las que nunca había encontrado respuesta.

Si el lunes "descubrí" la razón de amanecer cada día en "estado de revista", hoy he "resuelto" otro de los grandes misterios de la humanidad que me rondaban desde siempre.

Cuentan que Luis XIV organizó una fiesta en Versalles para el embajador de Marruecos en Francia.

Durante la cena, el diplomático entabló una amena conversación con la hija del rey, María Teresa de Borbón, reprochándole está que la ley musulmana autorizara la poligamia.

El embajador, diplomacia en mano, le contestó la razón, tan simple como lógica, por la cual tiene que ser así:

 "En nuestro país, señora, necesitamos reunir varias mujeres para hallar las virtudes que aquí se encuentran en una sola dama."

Y es de suponer que él, como representante de su país, debía de saber de qué hablaba.

Está claro que para encontrar respuesta a la mayoría de los enigmas, basta con aplicar la lógica.

Hasta el lunes.