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  467. Viernes, 14 Enero, 2005

 
Capítulo Cuadringentésimo sexagésimo séptimo: Morir es una cosa muy triste y sombría. Mi consejo es que procures no tener nada que ver con ella". (W. Somerset Maughan, novelista británico, 1874-1965)

Mis vecinas, que son hermanas y duermen juntas desde que a una de ellas le atracaron en el portal a principios de los ochenta, quieren regularizar su situación como pareja de hecho alegando que se han acostado en la misma cama más veces que muchos matrimonios "bendecidos".

Y es que ahora que estamos, o al menos eso parece, en el camino por igualar cualquier tipo de relación que dos personas libremente decidan establecer entre ellas, que ya era hora, no estaría de más rendir un pequeño homenaje a todas esas parejas de hecho que a lo largo de la historia y por los motivos que fueran, no tuvieron más remedio que ocultar sus sentimientos.

Ejemplos hay a patadas, sin ir más lejos ahí tenemos a Astérix y Obélix

Una relación tan evidente como la que existió entre este gordito repartidor de menhires, vivo ejemplo del "oso", y el bajito del gorro con alas, evidentemente el "chasser" de la pareja, fue ocultada sin ningún tipo de compasión por los autores.

Ni en uno solo de sus capítulos pudieron mostrar públicamente su afectividad.

Y eso que la cosa era más que evidente: miradas, complicidades.. y sobre todo un dato evidente que despejaría cualquier duda sobre su opción sexual: ¿algún hetero llevaría un bigote rubio peroxidado a juego con las cejas negras?..

Evidentemente no.

Hasta el lunes.