Capítulo Cuadringentésimo quincuagésimo: "Los hongos de los pies son como la fiebre uterina, se curan con un buen polvo". (Alberto F., 22 años, soltero. Adicto a "gran hermano" desde su tercera edición)
Los echo mucho de menos los fines de semana, estoy enganchado a la genial "
Will y Grace" todas las noches.
Por más que repitan los capítulos, algo que empieza a ser una costumbre demasiado habitual, sigo pasándomelo en grande con la histérica de Grace, el sensato Will, los gritos de Jack, la ironía de Karen o el sarcasmo de Rosario.
Pero como por todo lo bueno en esta vida, hay que pagar un precio, y en este caso bastante desagradable.
Todos los días, justo antes del capítulo de la serie, salen unos muñequitos horrorosos de nombre "
Los Lunis" cantando una canción para que los niños se vayan a la cama, una canción de esas que luego te están rondando por la cabeza hasta el día del juicio final.
Una vez está bien, dos tiene su pase, pero que capítulo a capítulo,
lulo,
lublú,
lupita,
lucho,
lulina,
lubina,
lutecio,
lula,
lucanero,
lumbrela y
lerdo, (¡sí.. me los conozco ya a todos!) se empeñen en decirme a mi, precisamente a mi, que los niños se tienen que ir a la cama, se ha convertido en un
coñazo insoportable.
Claro que bien mirado tiene su lógica, tal y como está la televisión, supongo que es a los niños a los únicos que tienen que mandar a dormir, que los adultos, con los programas que ponen en todas las cadenas, a esas horas ya están dormidos, y bien dormidos, delante de la televisión.
Asco de lunes, a ver cuando los prohíben de una vez..