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  390. Viernes, 10 Septiembre, 2004

 
Capítulo Tricentésimo nonagésimo: ¿Quién hace más daño: los enemigos con su peor intención o los amigos con la mejor?

Si existe una situación incomoda por la que casi todos hemos pasado alguna que otra vez, esa es la de estar en medio de una pareja que se rompe.

Como resulta que muy pocas veces, una relación entre dos personas termina de una manera medianamente civilizada, te acabas encontrando en la obligación de hacer verdaderos encajes de bolillos para poder mantener la amistad con los dos miembros de la, ya, ex-pareja, y que ninguno de los dos te "acuse" de "traidor" por querer seguir siendo amigo, también, de su ex.

Al final todo se reduce a la falta de previsión, se juntan llevándose por la pasión y sin usar métodos científicos que les digan si van a ser o no compatibles, y pasa lo que pasa.

Métodos que, por otra parte se han usado en toda la historia de la humanidad. En China, por el 3.000 a.C., ya existían oráculos para determinar la idoneidad de las parejas. Se solía hacer escribiendo los nombres de cada uno de los novios y sus deseos para el futuro, en el caparazón de una tortuga. Luego, éste se calentaba hasta que el hueso se rompía. Las grietas así formadas se leían como las rayas de la mano.

Y si uno es aficionado a las nuevas tecnologías, y cree que eso de las tortugas está anticuado, pues nada, que tome ejemplo de la primera pareja que en el mundo fue "arrejuntada" por un ordenador, la de Shirley Sanders y Robert Karede, de 26 años los dos, que poco después de conocerse "informaticamente", se casaron en Hollywood en 1958 y van camino de sus bodas de oro.

Mientras la gente no se conciencie y entienda que estas cosas tienen su "sistema", los demás tendremos fines de semana como este que empieza hoy, en el que no quedará más remedio que desplegar toda la diplomacia del mundo para intentar quedar bien con los dos.. Misión Imposible III.

Eso sí, se admiten consejos, que siempre vienen bien. Hasta el lunes.