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  368. Viernes, 23 Julio, 2004

 
Capítulo Tricentésimo sexagésimo octavo: ¿Por qué la ropa de la pareja está siempre encima de la de uno?

En la Manchuria del imperio mogol, el Perú de los incas o en la Escandinavia de los vikingos, las relaciones homosexuales no solamente estaban permitidas sino que, como en la antigua Grecia, eran obligatorias para los jóvenes guerreros.

En la Persia de Zoroastro, los homosexuales eran lapidados.

Sin llegar a ninguno de los dos extremos resulta que en España, en el siglo XXI y después de dieciocho años conviviendo con la misma persona, no puedo ni tan siquiera presentar la declaración de la renta de forma conjunta.

Si mi pareja muere no me corresponde ningún tipo de pensión de viudedad. Cuando llegue el momento de calcular la pensión de jubilación tampoco tendrán en cuenta, para que se eleve el mínimo a cobrar, si tengo a mi cargo a mi compañero.

Si no hay testamento no heredo nada. Y si lo hay, aunque mi pareja me hubiera designado heredero, prevalecerán los derechos de los parientes como hijos o padres.

Carezco de los días de vacaciones por matrimonio que obtienen cualquier pareja, y, lo que es peor, de cualquier tipo de permiso por muerte o enfermedad de mi compañero o de sus familiares directos.

Podría seguir hasta el infinito, la lista de agravios comparativos, y eso hablando sólo de temas legales, -la discriminación "social" sería otra historia-, es interminable, y cada vez que me entero de alguna siempre se me ocurre la misma pregunta:

Pero ¿por qué?..

Hasta ahora nadie me ha dado una respuesta razonada, lógica o minimamente coherente.

Sigo esperando.