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  360. Jueves, 24 Junio, 2004

 
Capítulo Tricentésimo sexagésimo: ¿Por qué siempre es el archivo que uno necesita el único que no se puede abrir de todo el disco?

En el año 1900, debutó en Madrid con un gran éxito la torera María Salomé, más conocida como "La Reverte".

A lo largo de siete años, sus triunfos fueron repitiéndose allí dónde toreaba hasta que, en 1908, el gobierno de turno estimó, con la ley en la mano, que era indecente que las mujeres toreasen.

Ante el peligro cierto que se le venía encima de que prohibiesen sus actuaciones, La Reverte descubrió públicamente su verdadera condición de hombre travestido, quitándose la peluca y los falsos pechos que llevaba, y reconociendo que en realidad se llamaba Agustín Rodríguez.

Pensaba, infeliz él, que así podría continuar su triunfal carrera de matador ya que lo verdaderamente importante, era su condición torera y no su sexo.

Pero la realidad fue muy distinta, aquello hizo que el público se le volviera en contra, cerrándosele todas las puertas. Agustín tuvo que cortarse la coleta y murió años después en Mallorca amargado y sin recuperarse nunca del escándalo.

Siempre he creído que la manera más simple y sencilla para no tener que "salir del armario" es no estar nunca dentro de uno. Y sin embargo, ¡mira que entre todos se empeñan en ponerlo difícil!