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319. Miércoles, 28 Abril 2004



Capítulo Tricentésimo decimonoveno: ¿Los grupos de heavy no deberían de grabar sólo discos duros?



Es justo en esos "peores momentos" que uno tiene en un día negro, esos donde te ves a ti mismo como un patito feo sin ninguna esperanza de cambio, cuando saco a relucir toda mi artillería pesada y comprendo al cabo de los años, la utilidad de las historias que contaba mi abuela, aquellas que vistas con ojos infantiles, daban de todo menos tranquilidad.



Y es que no hay nada para levantar el ánimo que mirar alrededor fijándose en algo más que en los propios defectos. La cuento en voz baja, que da como cierta intimidad.



Un cargador de agua que iba de pueblo en pueblo tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros.



Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie, desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota sólo tenía la mitad del agua.



Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque sólo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.



Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas sólo puedes entregar la mitad de mi carga y sólo obtienes la mitad del valor que deberías."



El aguador apresurado, le dijo compasivamente: "Cuando regresemos a la casa, quiero que te fijes en las flores que crecen a lo largo del camino." Así lo hizo la tinaja. y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sintió apenada porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.



El aguador le dijo entonces "¿Te diste cuenta de que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza."
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