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304. Viernes, 26 Marzo 2004



Capítulo Tricentésimo cuarto: ¿Por qué es precisamente quien no tiene que hacer las cosas, el que se empeña en decirte que no hay nada imposible?



No todo el estrés es tan malo como nos han contado. El cuerpo humano, sea como el del "pozí o como el de Beckham, que para eso todos somos "personas humanas iguales", está preparado para tolerar ciertas cuotas de ansiedad que le suelen venir muy bien.



Por ejemplo, el estrés que nos está creando a todos los que hacemos está bitácora, -que somos todos los que la escribimos, la leemos o la comentamos-, esa apasionada historia "amistosa" surgida entre Humma, que por sus características físicas y, sobre todo, personales, ha despertado el "entusiasmo" lógico en alguien como Emilio, que, digan lo que digan, algunos heteros, dentro de su "desviación" (¡qué cruz tienen los pobres, tener que copular con mujeres!), también tienen una cierta sensibilidad.



Este estrés positivo, que es conocido con el nombre de "eustrés", es una respuesta natural del organismo que nos permite mantenernos alerta y reaccionar de una manera lógica y adecuada ante determinadas situaciones más o menos comprometidas, además de proporcionarnos vitalidad, optimismo y un cierto aumento de la resistencia ante ciertas enfermedades.



Pero lo más importante de este "eustres", es que nos iguala a las hienas, si, a esos animalitos juguetones, divertidos y muy sociables, de los que algún día hablaré largo y tendido, a los que casi todas las noches, en su sabana africana se les puede ver copulando antes de "irse a la cama" con un único propósito, el de relajarse de su día tan estresado y poder dormir mejor.



Por algo las hienas son uno de los pocos animales, además de los humanos, que copulan no sólo para reproducirse, sino por pura y dura relajación.



¿Alguna manera mejor de quitarse el estrés esta tarde y/o noche, para comenzar el fin de semana relajados, que imitar a las hienas?