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281. Lunes, 23 Febrero 2004



Capítulo Ducentésimo octogésimo primero: ¿Por qué tenemos ojos de gallo en los pies y patas de gallo en los ojos? ¿No debería de ser al revés?¿Qué peculiaridad tiene los gallos para fastidiarnos de esta manera?



Es lo que tienen las malas compañía en los procesos de curación, pueden arruinar en un segundo, meses y meses de tratamiento, que ya lo dice cualquier experto: para curarse de verdad lo primero que hay que hacer es romper con el ambiente que a uno le rodea, una de las causas fundamentales de la enfermedad. ¡Que razón tienen!



Y yo sin hacer caso, y luego me pasa lo que me pasa, que ayer, sin avisar ni nada, un idiota integral por poco acaba con mi primera semana de tratamiento anitimisogía en un momento y tira por la borda todo el sacrificio que me esta costando mi curación.



¡Pues no va el tio y así, a pelo, me cuenta un chiste de mujeres!.. es poco menos que regalarle una botella de ginebra a un alcohólico anónimo.



Una mujer va conduciendo su coche en una carretera. Un hombre va por la misma carretera, pero en sentido opuesto. Cuando se cruzan el hombre baja el cristal de la ventanilla y grita:

- ¡¡¡VAAAAAACA!!!

La mujer baja el cristal de su ventanilla y responde:

- ¡¡¡CAAABROOOOOOÓN!!!

Cada uno sigue su camino, pero la mujer, que va muy enfadada, al doblar la primera curva choca con una gigantesca vaca acostada en el medio de la carretera.



Menos mal que mi reacción fue la que se esperaba, salí corriendo a por el kit de emergencia para poder seguir fielmente el protocolo que hay que llevar a cabo cuando semejante y extrema urgencia de máximo riesgo se presenta.



La solución tenía nombre de reptil.



Muchas serpientes venenosas realizan paradas nupciales durante un periodo de tiempo larguísimo. Lo hacen para ganar confianza y para dejarse abrazar estrechamente. El objetivo de estos intensos abrazos es que la hembra consiga, literalmente, expulsar el pene del macho al exterior y así pueda darse la cópula.



Es, sin duda, una especie de violación por parte de ellas.



Visto lo visto puedo decir, muy orgulloso de mi mismo, que todo se ha quedado en un pequeño susto, arreglado gracias a comprender como las hembras, las de serpiente también, son siempre las que llevan la voz cantante.