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275. Viernes, 13 Febrero 2004



Capítulo Ducentésimo septuagésimo quinto: ¿Cual es el sinónimo de "sinónimo"?



Vale, siendo mañana el día que es, tenía que hablar de San Valentín, los pájaros, el polen, el amor, los capullos..., pero eso es mañana.. que hoy es viernes y trece.



Alguna ventaja teníamos que tener aquellos que nos educamos en colegios públicos de extrarradios en provincias, no hablo solo de no tener que usar esos pantalones grises de camareros a juego con el jersey azul de pico, sino de algo más duro, más serio, aprendimos a enfrentarnos cara a cara con la muerte desde nuestra más tierna infancia.



Y es que a falta de game-boys, supernintendos o nokias 8800 superplus, nos pasábamos las tardes en un duro combate cuerpo a cuerpo con la naturaleza.



Sin duda lo más divertido era mear las madrigueras de los topos para que salieran a la superficie medio asfixiados, desde luego una salvajada visto desde el siglo XXI, pero por algún lado tenía que salir esa vena salvaje y violenta que los niños de ahora borran viendo crónicas marcianas pero que los de mi generación sublimábamos a golpe de meada comunitaria de madriguera en madriguera.



Pero como no siempre había madrigueras disponibles y además las ganas de mear de cada uno no es algo que se pueda decidir en conjunto, optábamos más por enrollar bolsas de plástico en largos palos y después de perderles fuego, dejar que gotearan gota a gota el plástico ardiendo sobre cualquier insecto que se moviera.. y si encontrabas un reguero de hormigas te había tocado la lotería.



No se me olvidará el olor a carne quemada cuando a lo tonto a lo tonto una de las gotas fue a parar al brazo del que se me había puesto detrás, el pobre acabó con una venda en el susodicho brazo por quemadura leve y además con un montón de moratones en el otro de los pellizcos que le arreó su madre por hacer el bestia.



Lo que nos pudimos reír los demás aquella tarde.