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264. Jueves, 29 Enero 2004



Capítulo Ducentésimo sexagésimo cuarto: ¿Por qué siempre que tienes las dos manos ocupadas te pica la nariz?



A pesar de que hace un frío del carajo (ese dónde el grajo vuela bajo), ayer ya vi almendros en flor.



Vamos, que en dos patadas nos ponemos ya en las vacaciones, y no estaría de más que empezáramos a prepararlas, que luego se nos olvidan la mitad de las cosas y no nos lucen los pocos días de asueto que nos dejan.



Además, y debe de ser por aquello de que todavía no he cobrado, resulta que los del "corteinglé" hacen un siete por ciento de descuento si reservas por adelantado, que viene ideal-de-la-muerte para comprarme un nuevo bañador, que el de nylon del año pasado quedó deformado por meterme aquellos calcetines blancos tan gordos.



Una maleta bien colocada cuesta mucho sufrimiento y lleva su tiempo, que cada cosa esté como deba estar, no es algo que se deba tomar a la ligera, sobre todo si uno no quiere llevarse algún susto, que tal y como se han puesto eso de la seguridad, cualquier cosa.



Y sino que se lo pregunten a esa señora, pobrecita mía, que estaba esperando con su santo marido a que despegara el avión, cuando unos malvados agentes de seguridad le obligaron a abrir su equipaje al observar que un objeto no identificado, en una de sus maletas, emitía "extrañas" vibraciones.



El objeto en cuestión no era más que un simple vibrador que se había activado inoportunamente y que la buena señora llevaba para su esparcimiento vacacional.



En vista de las risas y el choteo general de los empleados del aeropuerto durante el incidente, la mujer ha demandado a la aerolinea responsable del suceso y está estiudiando hacer lo mismo con los fabricantes del vibrador por un mal funcionamiento en los botones de encendido y apagado en el susodicho aparato.




Pd. Me dan un cierto pudor estas cosas, pero alguna vez hay que desmelarse y sacar el ego de paseo. Ayer publicó J.J. Merelo en su Atalaya la lista de las 100 bitácoras más enlazadas y resulta que aparezco bailando entre el puesto 14 y el 16. Luego voy y miro cuantos más o menos teneis la santa paciencia de pasaros un ratito por aquí para leer cada día estas irreflexiones gamberras y ando ya por casi los 800. Vale, importa más la calidad de los que leen, y en calidad de "lectores" soy el primero, pero me he hecho ilusión, poniendome para un buen rato, eso que, además de no consumir nada, ilumina mucho más que cualquier bombilla: una sonrisa. Gracias. :-).
!Hale, mi ego satisfecho por un par de años!