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235. Miércoles, 3 diciembre 2003



Capítulo Ducentésimo trigésimo quinto: ¿Por qué Tintin hace siempre amistad con un niño y nunca con una niña?



Siempre me ha parecido muy ingenioso ese mecanismo que tienen las cajas de los pañuelos de papel dónde cuando sacas uno, ya queda fuera la puntita del otro para la próxima vez.



Sin embargo nunca me he fiado mucho de ellos, y no ya por el número de unidades que dicen que tienen y que luego nunca tienen, jugando con eso de que nadie va a ponerse a contarlos, sino por lo que dicen de su composición: "celulosa pura".



¿Quien puede creerse que esos pañuelitos son sólo "celulosa" y nada más que celulosa?, A ver, a mí me enseñaron en el colegio que la celulosa que era algo así como "ce-seis-hache-diez-o-cinco", e igual que, por ejemplo, el ácido acetil salicílico en las aspirinas, tiene que llevar un excipiente, un soporte que lo una.. ¿Dónde, de la composición, está ese "cemento"?



Y es que nos engañan por todos los lados, y no sólo con la "composición", también en la caja pone "pañuelos de suave y blanco tisú", en cuanto a la blancura y suavidad la cosa es relativa aunque podría colar, pero resulta que "tisú" según el diccionario es "tela de seda muy fina, entretejida de hilos finísimos de oro y plata que la traspasan desde el haz al envés"



Sé que a un euro la caja en el "todo a cien", no me voy a encontrar pañuelitos de oro, pero ya que los llaman "tisú" por lo menos que podrían poner algún hilito dorado... aunque sólo fuera para disimular, además adornarían mucho.