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230. Miércoles, 26 noviembre, 2003



Capítulo Ducentésimo trigésimo: ¿Por qué al Coyote no se le ocurre pedir una hamburguesa o una pizza en vez de esos productos marca ACME que no se pueden comer?



Los romanos, muy aficionados a placeres carnales y tal, distinguían tres tipos de besos: el "osculum", que se daba en la mejilla entre amigos; el "basium", en los labios, y el "suavem", el propio de los amantes.



Uno, que como ya os habréis dado cuenta es más bien guarro, cree que beso, lo que se dice beso solo es aquel a tornillo y con intercambio de fluidos a discreción.



Teorizar sobre los tipos de besos no deja de ser una tontería, hay tantos tipos de besos como combinaciones boca-boca, desde esos besos "tímidos" dónde la máxima pasión es comprobar que los labios no estén demasiado resecos, hasta ese beso "alienígena" dónde el que besa se apodera prácticamente del besado abduciéndolo y dejándolo poco menos que sin respiración, pasando por los besos "canibal", esos que se acompañan de mordiscos, o el beso "dracula" ese que en una determinada etapa de nuestra vida a todos nos hizo usar durante unos días, por muy agosto que fuera, jersey de cuello alto.



Está claro, entre el "osculum" y el "suavem" hay tantas combinaciones como programas rosas en la televisión, lo importante es probarlos todos para poder decidir con verdadero conocimiento de causa.



Por cierto, y ahora que entramos en una época solidaria como es la navidad, podíamos empezar haciendo discriminación positiva e incluir al principio de la lista el "beso negro", sería una manera como otra cualquiera de ayudar en eso de la integración. Sé solidario.