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232. Viernes, 28 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo segundo: ¿Los primos en segundo grado pueden pasar a tercero si estudian?
Las mujeres tienen la regla una vez al mes pero se quejan de ello todo el día y todos los días. Los hombres tenemos que afeitarnos a diario pero no podemos quejarnos de semejante esfuerzo ni una sola vez al mes.
Está claro que cuando el hombre es el que va vestido de negro al matrimonio no es por casualidad y no digo yo que tengan razón lo que trae hoy un periódico sobre esos musulmanes que piden en Melilla, piscinas municipales separadas entre hombres y mujeres, dicen para que se respete su tradición y su cultura, pero vamos...
Y sí en lo de la regla la duda se limita a elegir entre compresa o tampón, en el afeitado las cosas son mucho más complicadas, si uno usa eléctrica el resultado va a ser pésimo, pero si uno usa cuchillas y tiene la cara un poco sensible, acaba como un cerdo después de la matanza.
Ya lo he probado todo, desde la simple maquinilla desechable a esas con tecnología tipo N.A.S.A. que cuestan un "güevo" y que los genios del marketing te venden como si te ofrecieran un aparato de alta tecnología: tres hojas, cabezal basculante mango ergonómico y hasta tiras lubricantes.. Pero nada, no hay manera, el final es siempre una sangría.
Eso sí, siempre están ellas que cuando te ven recién afeitado, con más cicatrices que el Frankestein, te sueltan eso de ¿"y por qué no te dejas crecer la barba, que algún día te vas a desangrar?..y uno se muerde la lengua para no soltarle, aunque sea finamente, alguna grosería sobre por qué ellas si pueden cortarse sus hemorragias, anunciandolo hasta en la televisión con cursilerias sobre "a que huele lo que no huele" (amosk!), Saldevas varias y hasta pregonando a bombo y platillo que un poco de chocolate es mano de santo para "esos días", que se empeñan en contar con todo lujo de detalles.
231. Jueves, 27 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo primero: ¿A quien le preguntan los policías cuando se pierden?
No fumo, el único alcohol que he probado en mi vida ha sido el que traen de relleno algunos bombones y muy a pesar mío soy monógamo, (vale, más por obligación que por devoción, pero lo que cuenta en este caso es el resultado)
Bueno pues aún así cada vez que vengo al trabajo, es decir cada día de lunes a viernes, resulta que estoy sometido a un montón de circunstancias que ponen en peligro mi salud. Y ya sabemos que la salud es lo primero.
Fotocopiadoras, ordenadores, luces fluorescentes, pinturas de la pared, faxes y un largo e interminable rosario de aparatos que emiten radiaciones son los que me rodean. El resultado: futuro sufridor de depresiones, irritabilidades, dolores de cabeza, fatiga ocular, alergias, sarpullidos, mareos, cansancios crónicos, problemas digestivos, y hasta cánceres. Y no es ninguna broma, que está todo demostrado científicamente.
Está claro, sólo el hecho de venir a trabajar supone una misión de muy alto riesgo.
¿Es o no es motivo suficiente tanto peligro para que me concedan la baja? Bueno pues hay quien aún lo duda.. y es que hay gente muy mala.
230. Miércoles, 26 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo trigésimo: ¿Por qué al Coyote no se le ocurre pedir una hamburguesa o una pizza en vez de esos productos marca ACME que no se pueden comer?
Los romanos, muy aficionados a placeres carnales y tal, distinguían tres tipos de besos: el "osculum", que se daba en la mejilla entre amigos; el "basium", en los labios, y el "suavem", el propio de los amantes.
Uno, que como ya os habréis dado cuenta es más bien guarro, cree que beso, lo que se dice beso solo es aquel a tornillo y con intercambio de fluidos a discreción.
Teorizar sobre los tipos de besos no deja de ser una tontería, hay tantos tipos de besos como combinaciones boca-boca, desde esos besos "tímidos" dónde la máxima pasión es comprobar que los labios no estén demasiado resecos, hasta ese beso "alienígena" dónde el que besa se apodera prácticamente del besado abduciéndolo y dejándolo poco menos que sin respiración, pasando por los besos "canibal", esos que se acompañan de mordiscos, o el beso "dracula" ese que en una determinada etapa de nuestra vida a todos nos hizo usar durante unos días, por muy agosto que fuera, jersey de cuello alto.
Está claro, entre el "osculum" y el "suavem" hay tantas combinaciones como programas rosas en la televisión, lo importante es probarlos todos para poder decidir con verdadero conocimiento de causa.
Por cierto, y ahora que entramos en una época solidaria como es la navidad, podíamos empezar haciendo discriminación positiva e incluir al principio de la lista el "beso negro", sería una manera como otra cualquiera de ayudar en eso de la integración. Sé solidario.
229. Martes, 25 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo noveno: ¿Cómo puede uno, por muy príncipe que sea, besar en la boca a una muerta, por muy princesa que fuere?
Hay muchas causas por las que soy alérgico a bodas, banquetes, comuniones, entierros y cualquier otro acontecimiento dónde sea necesario usar calzoncillos.
En general, las razones de este rechazo suelen ser las mismas. Independientemente de si el protagonista es un novio o un muerto, resulta que tengo cierta alergia a saludar una y otra vez y con una sonrisa forzada, a gente que parece conocerte de toda la vida pero que no recuerdo haber visto jamás, mientras aguanto en la espalda palmadita va, palmadita viene.
Evidentemente, además de esta razón, valida para cualquier tipo de reunión, cada evento presenta ciertos matices exclusivos que hacen aumentar aún más ese rechazo. Por ejemplo una boda: ¿hay algo más horroroso que el trozo de tarta de boda que siempre te ponen?
Vale, en general la comida es asquerosa, el "salpicón de mariscos" no es más que lechuga con una salsa color "crema de limpiar zapatos", la "ternera a la crema de pimienta negra" es algo semejante a lo que deja un perro con diarrea y las "patatas redondas vaporizadas" parecen cucarachas albinas a las que le han quitado las patas.
Pero el remate final de la tarta convierte todo lo comido hasta entonces en una exquisitez absoluta.
Algún día que os sintáis valientes haced la prueba y, sin que los efluvios del alcohol estén presentes en vuestras mentes, atreveros a sumergiros en una de las experiencias más asquerosas en las que puede caer el ser humano en su vida: comer tarta de boda a pelo.
Para que luego digan que ser abstemio no tiene inconvenientes.
228. Lunes, 24 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo octavo: ¿Como es que nadie sabe quien es Superman si tiene la misma cara que Clark Kent?
Una de las peores experiencias por las que puede pasar una persona humana a lo largo de su vida y que es mucho más habitual de lo que parece (aunque nadie lo suele contar como experiencia propia), es estar sentado en tu retrete tan cómodamente, acabar la función para la que uno se sentó allí y darse cuenta de pronto, que se ha terminado el rollo de papel del culo.. y que sólo queda el tubito de cartón.
En esto también hay "clases". Los "intelectuales" y los estreñidos acostumbrados a llevarse lectura para pasar el largo rato, son los que menos problemas tienen, simplemente se trata de sacrificar algunas hojas del periódico, revista o libro que se tenga a mano y sale uno más o menos airoso de la situación.
Pero para el resto de los mortales empieza el calvario, si uno no es primerizo ya se sabe algún truco que otro. Es cosa de muy expertos, manipular el tubo de cartón del rollo de papel vacío, despegando finamente capa por capa y enrollado y desenrollado varias veces para darle suavidad y textura al material resultante.
Para los demás, la solución suele estar en levantarse agarrándose los pantalones lo justo y deambular en plan "pingüino" hasta dónde estén los repuestos volviendo al lugar del "crimen".
El problema es que para entonces, por cuestión del rozamiento, ya se ha formado un verdadero desaguisado en el lugar que uno pretendía limpiar, haciéndose necesario mojar el papel con agua para que se pueda "arrastrar" todo mejor, algo que presenta una muy grave contraindicación: el papel mojado se pega como una ladilla cualquiera a los pelos de la zona provocando unos pegotitos muy molestos y que acaban por ser imposibles de quitar sin arrancar los pelillos afectados.
Moraleja: antes de sentarse, es muy, pero que muy conveniente, mirar las reservas de papel.
227. Viernes, 21 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo séptimo: ¿Cómo es que Caperucita tuvo que pedir tantas pistas para darse cuenta de que su abuela era un lobo?
Hay frases de esas que uno ha escuchado toda la vida y que sin saber muy bien como, un día te levantas y te das cuenta de que son mentira.
Ocurre con eso de que "la naturaleza es sabia". ¡Y un "güevo", de sabia nada. Si fuera minimamente sabia, no nos haría la puñeta de ponernos las cosas menos importantes de nuestro cuerpo de dos en dos y, en cambio, darnos, de las verdaderamente útiles, solo una a cada uno.. y gracias.
Tenemos dos brazos, dos ojos, dos piernas y sin embargo contamos con sólo un cerebro, un estómago.. y ¡un sólo pene!
Y si esto fuera una regla universal pues bueno, se podría aceptar, pero resulta que existen animalitos, esos que en teoría son inferiores, que cuentan con un par de miembros. Ciertos machos de ciertas especies como algunas serpientes, lagartos o crustáceos lo poseen por duplicado.
Hasta ahora esta "duplicidad" tampoco parecía que les aportara grandes ventajas ya que en casi todos la cosa funcionaba igual, aunque tenían dos, uno era el que usaban siempre, quedando relegando el segundo a un reposo casi de por vida.
Pero ahora se ha descubierto que existe un insecto autóctono del Japón, el "Euborellia plebeja" que tienen funcionales sus dos miembros, dos, durante toda la vida y que además los emplea una y otra vez, bien alternándolos o bien usándolos según la postura que pille en cada momento.
Ya sé en que me voy a pedir que me conviertan cuando me toque reencarnarme.
226. Jueves, 20 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo sexto: ¿Los caballos tienen sobacos?
Mi abuela, que lo más que lejos que había llegado en plan turístico había sido a " La Era" cuando tenia novio y al cementerio tres veces al año desde que se quedó viuda, siempre sentía una compasión especial por los hijos de los emigrantes que se habían marchado a Alemania y que volvían al pueblo cada verano para ver a la familia.
Nunca entendió como, tan pequeños ellos, hablaban de aquella forma tan extraña que sólo sus padres podían entender, bueno sus padres y el mancebo de la farmacia, aunque claro, todos sabían que el de la farmacia había sido toda la vida un crápula de mucho cuidado.
Y es que, como ella decía, nada como hablar en español, que al fin y al cabo es lo que mejor entendemos, digo yo. Sí, vale, tarda uno un par de años desde que naces hasta que te vas soltando, pero después ya te sirve para toda la vida. Y eso no deja de tener sus ventajas.
Y sí por alguna causa, que esto de la globalización se sabe como empieza pero nunca como acaba, nos hacen aprender otro, me pido el hawaiano que es muy, pero que muy apañado: sólo tiene 12 letras, las cinco vocales, (que además son las mismas que las de casa con lo cual ya las conocemos), y siete consonantes (h, k, l, m, p, w).
Puestos a "englobarnos" por lo menos que nos den facilidades a los que ya la edad no nos acompaña para casi nada y menos para adquirir nuevos conocimientos. He dicho.
225. Miércoles, 19 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo quinto: Para llegar al quinto sueño, ¿hay que pasar primero por el primero, segundo, etc., o existe un atajo?
Vale, puede ser casualidad, pero resulta que las dos catástrofes de la humanidad tienen como "responsable" a una mujer.
Pase lo de Eva y su glotonería, que el hambre es muy mala, pero que sea el cotilleo de una mujer, Pandora, el responsable de que unos tengan tanto y otros tengamos tan poco, es imperdonable.
La curiosidad de Pandora abre la puerta del mundo a todos los sufrimientos. Pandora, que significa en griego "todos los dones", recibe una caja con la expresa y absoluta prohibición de abrirla. Intrigada e incapaz de resistir, abre el cofre "un poquito" y de él escapan intempestivamente dolor, soledad, enfermedad, hambre, muerte. La pobre no puede cerrarlo a pesar de sus esfuerzos. Cuando todas las calamidades han escapado y se han diseminado por toda la tierra, Pandora observa el fondo del pequeño arcón: queda en él la esperanza.
¿Hay o no hay motivos para ser misógino? Que esta historia no es una leyenda de esas perdidas, que la cuentan uno de los pueblos más cultos que ha existido: los griegos, los mismos por cierto que consideraban a un hombre "joven", mientras pudiera completar tres coitos seguidos...
Bueno, pensándolo bien, quizá tampoco tenían razón siempre. -ejem-.
224. Martes, 18 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo cuarto: ¿Por qué siempre que un hombre entra en un servicio a mear salpica fuera de la taza?
Sí las estadísticas llevan razón, que suelen llevarla y en este caso seguro que la llevan, sólo un 3,5% de las personas no han hecho nunca algo que el resto de los mortales hacemos, al menos, una vez cada seis horas: meternos el dedo en la nariz.
Está estudiado científicamente y todo, nos hurgamos la nariz unas cuatro veces al día aunque, eso sí, por distintas causas. La más frecuente es, sin duda, sacarse ese moco seco que molesta, pero hay hasta quien en la encuesta contestó que se metía el dedo en la nariz para excitarse sexualmente. Oye, cosas más raras se han visto que meter un dedo por algún agujero para ponerse "cachondo" ¿no?
Y aunque podría dar para mucho esto de "sacar entradas" que dicen en mi pueblo finamente, (incluso hay una enfermedad por hurgarse más de la cuenta: la rinotilexomanía), estaba yo hoy más interesado en saber si había además algún apartado del estudio que dijera que hacemos después de capturar esas mucosidades, resecas o líquidas, que de todo hay.
Y es que son muchos miles de toneladas de mocos sueltos cada minuto como para no preocuparse por el tema.
Pues lo hay, según el estudio el 28,6 % confesó que los arroja al suelo y sólo un 7,6 % reconoció que los pega en lo que tenga más a mano (algo fácil de comprobar que es evidentemente falso en cuanto se mira debajo de cualquier silla).
Pero lo más curioso es ese confeso 8 % que para deshacerse de la mercancía nasal no duda en comérsela. Por cierto, que sobre este particular el estudio aclara que, desde el punto de vista del gourmet, los mocos son toda una delicatessen, muy sabrosos, con un toque ligeramente salado y muy ricos en sodio y potasio.
Y no hagáis ascos ni os pongáis escrupulosos, que tire la primera piedra el que, aunque fuera de niño, no se ha comido sus mocos. (Y sólo para mentes abiertas el chiste de siempre en estos casos: dos en el parque besándose apasionadamente a tornillo, uno le dice a otro: creo que me has pasado el chicle, a lo que el otro le contesta, no cariño, es que tengo catarro).
223. Lunes, 17 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo tercero: ¿Por qué cuando le pides a un camarero una coca-cola y una cerveza, trae la coca-cola y la cerveza y sin embargo cuando le pides un café y dos sobres de azúcar siempre se le olvida un sobre de azúcar?
He visto un cartelito de esos que vienen en los paquetes de tabaco que "informan", muy amablemente, que fumar puede causar esterilidad. Ahora entiendo esa costumbre de los fumadores de encender un cigarro justo después de un buen "revolcón", seguro que celebran que, todavía, no les ha tocado a ellos y que para el siguiente, "dios proveerá".
Pero cigarritos aparte, está claro que a la mayoría de las "personas humanas", entre las que me incluyo, lo que más nos apetece después de un orgasmo es quedarnos dormidos, algo que, para evitar malos entendidos, conviene explicar bien, y a poder ser "antes del".
Dormirse tras alcanzar el climax no es una señal de abandono, ni de falta de amor o descortesía, es una pura y dura reacción bioquímica que hace que se produzcan endorfinas, causantes de esa sensación de bienestar y relajación que, en la mayoría de las personas, es el preludio del sueño.
A partir de ahora ya tenemos una disculpa científica. ¡Ea!
222. Viernes, 14 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo segundo: ¿La gente que sueña despierta vive dormida?
La ilusión de cualquier vago es, que ya que hay que "estar" en el trabajo, esforzarse lo mínimo posible pero que no se note. Pues he encontrado la solución en uno de los libros más prácticos que he leído en mi vida, su título: "Manual de supervivencia para vagos y afines" y su lema es de los de seguir al pié de la letra: "los perezosos viven para los placeres de la vida, pero el trabajo no es uno de ellos".
- Primera norma: Ser lento, hay que hacer el trabajo que nos encarguen muy despacio, el resultado es infalible siempre que uno no se pase. El truco solo consiste en "vender" que lo que estamos haciendo es algo muy importante que requiere mucho tiempo y atención. Es infalible, nadie te dará más trabajo hasta que no acabes la "complicada" tarea que tienes entre manos.
- Segunda norma: Hacerse notar, para esto se necesita un poco de práctica pero se acaba consiguiendo, suele ser efectivo pasear de arriba abajo mientras explicas a todos lo complicado que resulta el trabajo que realizas. Si hay alguna posibilidad de salir, también es efectivo que cuando uno se escaquee deje bien claro que tiene una cita de trabajo imprescindible, además de dar prestigio, podrás desayunar a gusto.
- Tercera norma: Quejarse sin razón, todos sabemos que una mentira repetida cien veces al final se convierte en verdad, por lo tanto nada mejor que repetir alto y claro la cantidad de trabajo que tienes, algo que además te permitirá hacer otras cosas sin que los demás te señalen como un vago.
- Cuarta norma: Ponerse enfermo, algo muy útil, sobre todo ciertos días, pero de lo que conviene no abusar. Hay que tener siempre preparado el terreno encargándose de pregonar los días antes la cantidad de trabajo que hay esa semana y lo agobiado que estás, para que hasta el jefe piense que te has quedado en la cama por puro agotamiento laboral.
- Y quinta norma: Pedir siempre consejo a los demás sobre la tarea que uno realiza pero no aportar ideas nunca, así te evitarás un trabajo innecesario ya que si sigues lo que te digan los demás no tendrás que malgastar tu tiempo pensando en ideas propias y, lo que es mejor, si algo sale mal sabrás a quien echarle la culpa.
Y ahora a la práctica...
221. Jueves, 13 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo primero: Un año después
Hoy, esto, cumple un año.
Durante este tiempo he desnudado mi alma día a día.
Hoy quiero desnudar también mi cuerpo.
Algunos me conocéis en persona, otros me habéis visto en foto, pero hoy, y para todos, al cumplir un año, quiero mostrarme tal como soy.
Por eso, esta foto de peluche desnudo, sin tapujos, tal cual, para que a partir de ahora además de conocerme por dentro podáis conocerme también por fuera.
Eso sí, tener compasión en la crítica, que estoy en una edad muy difícil y con los años ya nada es lo que solía ser. Con el tiempo todo acaba encogiendo.
Se agradecerían comentarios, pero acordaros que no hay nada que no pueda arreglar un buen cirujano plástico.. ahí está Mari-Tere-Campos, sin ir más lejos
220. Miércoles, 12 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo vigésimo: ¿La costumbre que tienen los portugueses de llamar a la grasa "gordura" tienen algo que ver con alguna campaña sanitaria para adelgazar?
Hablar por los codos tiene, como casi todo, sus ventajas y sus inconvenientes, pero según y dónde, hay "inconvenientes" a los que uno no quisiera "aspirar" ni harto de vino.
Que me acabo de enterar y creo que voy a estar una buena temporada dando gracias a quien corresponda por no ser un "dogón".
Resulta que hay un pueblo por el África Occidental, precisamente ese, el "dagón" que cree en el poder de las palabras. Hasta ahí bien, uno haría muy buen papel en dicha tribu teniendo en cuenta que, hablar, lo que se dice hablar es una cosa que hago hasta debajo del agua.
Pero, aquí, el pueblo este, cree que cada vez que un hombre hace el amor con una mujer, este debe susurrarle al oído antiguas historias de amor, porque las palabras le entran por el oído, llegan a la garganta, se alojan en el hígado y envuelven el útero, donde formarán el germen celestial del agua que hará fecunda la semilla del hombre.
Hay veces que uno se siente orgulloso de ser de por aquí, que con lo que yo hablo, iba a acabar teniendo descendencia hasta el jefe de la tribu.
219. Martes, 11 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimonoveno: ¿Por qué siempre que hay un guardia de circulación se empeña en dar paso a los vehículos que tienen el semáforo en verde, si ya saben todos que si está en verde tienen que pasar?
A mi, como a casi todos, de esas versiones fotocopiadas del Kamasutra que nos pasaban por debajo de la mesa cuando perpetrábamos la E.G.B, lo que me gustaba mirar eran los "santos" y soñar el día en que íbamos a hacerlas todas, todas y todas.
Después, cuando fui un poco más mayor y empecé a tener conciencia de que gente del tipo de Mari Tere Campos también necesitaban sus desahogos, comprendí, que salvo una docena escasa, las demás "posturas" solo las podía hacer Estefanía de Mónaco, que para eso anda arrejuntada con un contorsionista.
Y ahora, que en esta edad difícil los años empiezan a hacer de las suyas, resulta que aquel libro que en la adolescencia tenía efecto viagra, se ha convertido, a pesar de ser el mismo, en una herramienta útil para entender que el sexo es algo más, mucho más, que sólo carne. Que sí, que "kama" significa "deseo" pero "sutra" quiere decir "sabiduría".
En la época victoriana había quien tapaba las patas de las sillas porque las consideraba pornográficas, y hasta alguna ley obligaba a que los perros fueran vestidos cuando salieran de casa para que no atentaran contra el pudor, y yo aquí, pensando que un cuerpo desnudo no es más que una obra de arte para admirar.
Me estoy haciendo viejo por minutos.
218. Lunes, 10 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimoctavo: ¿Si el vino es líquido, cómo puede ser "seco" ?
Siempre me ha hecho pensar esa explicación que dan algunos sobre que las vacas locas han llegado a ese estado como consecuencia de que les tocan las tetas cuatro veces al día pero pocas veces en su vida pueden "yacer" con un buen toro. Si a cualquiera le hicieran eso seguro que también acababa loco.
Está claro, al menos desde la mentalidad de la vaca, que dónde esté un buen toro que se quite cualquier otro "sustituto", sin embargo como eso no siempre es posible, existen un montón de "instrumentos" que realizan, una función más o menos similar, siempre claro está, salvando las distancias. "A falta de pan buenas son tortas" o "a buen hambre no hay pan duro" que dicen en mi pueblo.
Yo, bendita inocencia de quien sólo conoce el "universo-mujer" por leer los Cosmopolitan atrasados que trae la señora de la limpieza, había pensado que los consoladores o los vibradores eran los mejores instrumentos para suplir, dentro de sus limitaciones, esas "necesidades", por cierto tan fisiológicas como todas las demás, que las mujeres tienen.
Pero mira por dónde me entero, de pura casualidad, que, no sé si para las vacas, pero si al menos para la mayoría del sexo femenino, nada como unas pequeñas y juguetonas "bolas chinas" para tales menesteres.
Da igual si son lisas, rugosas, de metal o de plástico, el "secreto" del invento está en caminar con ellas "dentro" para que al dar vueltas y chocar entre sí, sean capaces de producir esas "sensaciones" en las que todos estáis pensando.
Por cierto, las navidades, época de regalos dónde las haya, está a la vuelta de la esquina.
217. Viernes, 7 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimoséptimo: Sí los seres humanos son inteligentes, ¿La excepción tiene la regla?
Las ciencias, que ahora adelantan que es una barbaridad, dicen que el código genético de los animales, por muy inferiores que sean, es casi, casi idéntico al de las "personas-humanas".
Así será, pero de lo que sí estoy convencido es que las pocas o muchas diferencias que pueda haber entre unos y otros no residen, precisamente, en el comportamiento sexual. En este tipo de conductas tanto en el mundo "animal-animal", como en el "animal-humano", esta claro aquello de que para gustos se hicieron colores.
Por ejemplo los albatros, nadie es más sincero, amoroso y fiel que un albatros, pobrecito mío. Su ritual de cortejo es largo, complicado y suele durar varios días. Consiste en una danza compuesta por más de una docena de posturas que han de ser ejecutada sin errores para que se produzca la consumación.
Después, la pareja permanecerá unida para siempre: si uno muere, el otro no vuelve a emparejarse jamás.
En el otro extremo están unos primos de los chimpancés, los "bononos", que actúan mismamente como algunas personas, aunque con ciertos matices.
Resulta que las hembras "bononas", tienen la costumbre de frotar sus genitales con los de otras hembras para darse placer y después, buscar a un buen macho que las complazca. Es decir, mismamente como algunas hembras "humanas", aunque aquí es donde viene el "pequeño" matiz: los machos "bononos" suelen copular cada 90 minutos, los machos "personas" no tanto. Así, las hembras "bonanas" siempre pueden encontrar un macho que calme su furia, la hembra "persona", no tanto.
Inconvenientes de la evolución, supongo.
216. Jueves, 6 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimosexto: ¿Por qué en las reuniones de alcohólicos anónimos siempre empiezan diciendo como se llaman?
A pesar de correr el riesgo de acabar con el culo más arrugado que la cara de la Mercedes Milá, a la que le haría falta cambiar el agua, el vino o lo que beba, por unos buenos lingotazos de "nivea" líquida, prefiero el baño a la ducha.
El problema es el tiempo, que siempre anda uno deprisa, aunque sólo sea para poder tumbarse lo más pronto posible, y claro, una ducha siempre es más socorrida que andar preparando toda la parafernalia que se necesitan para una baño como dios manda.
Supongo que todo es cuestión de proponérselo, quitando el tiempo de un lado para ponerlo en otro, que digo yo que si unos señores tan activos como los japoneses, que se pasan la vida trabajando, tienen tiempo para, por costumbre, tomar un baño al día, los demás no tenemos muchas excusas.
Y es qué como el clima japonés es tan húmedo y cálido, casi toda la gente se toma un baño diario, pero no contentos con eso, antes de meterse en la bañera se lavan todo el cuerpo.
Claro que tienen sus motivos, allí es costumbre no cambiar el agua para cada persona, así que hay que procurar no ensuciarla en atención a los que se bañen después.
Qué digo yo que, por mucho que se laven antes, no deja de ser un poco guarro el asunto. Vale pueden entrar limpios pero, ¿quien les asegura que a alguno no le da, por ejemplo, por desahogarse fisiológicamente si tiene un apretón en plena relajación higiénica, que en alguna piscina todos lo hemos hecho alguna vez. Claro que ellos juegan con ventaja, que, como son así algo amarillos, no se iba a notar mucho, digo yo. ¿O a ver si son un poco amarillos por eso..?
215. Miércoles, 5 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimoquinto: ¿Por qué la luz del semáforo hace que te metas el dedo en la nariz?
Los que fuimos a colegios públicos de extrarradio, esos dónde el sexto mandamiento en vez de "no cometerás actos impuros" como en todos los colegios de pago decentes, era simplemente un "no fornicarás" (aunque nadie sabía que era aquello de "fornicar"), aprendimos en toda su crudeza, que las mujeres dejaban de ser vírgenes cuando permitían a un compañero varón insertar su pene dentro de su vagina.
Desde entonces y según he ido sumergiéndome en este mundo disoluto y depravado, aquella definición me ha ido producido graves dudas existenciales, por ejemplo: ¿en qué punto una lesbiana deja de ser virgen?, ¿Podría ser "técnicamente virgen" una mujer incluso si ya ha tenido veinte felaciones con veinte parejas distintas pero sin llegar al coito?, ¿Los consoladores cuentan?
Y es que lo ponen todo cada vez más difícil para que nos enteremos de las cosas verdaderamente importantes. Antes era mucho más sencillo, en la corte del rey Jaime I de Inglaterra las doncellas llevaban sus pechos completamente descubiertos por una razón lógica: era del dominio público que las areolas se oscurecían si la mujer había tenido ya relaciones sexuales.
Ni dudas existenciales ni tonterías, la que tenía el pezón oscuro era porque ya había catado varón. Una manera como cualquier otra de no esconder la información.
De todas formas y en mi defensa he de explicar que todavía no me he recuperado del todo, fue un duro golpe escuchar sin anestesia ni nada que el Príncipe se casaba con una presentadora de televisión que se llamaba "Leticia"... que hasta que pusieron la foto y eso, estaba yo pensando en otra "Leticia", también presentadora, y por poco me quedo tonto de por vida.. menos mal que no era quien yo creí que era, que ya me veía el título del nuevo himno de la Casa Real: "y a mediodíaaaaaa alegríaaaaaaa wuashsssssss"
214. Martes, 4 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimocuarto: ¿Por qué cuando las madres tienen frío le ponen el jersey al hijo?
Hay cosas que uno descubre al cabo de los años de pura casualidad y todo empieza a encajar de repente. Resulta que un buen día, en esos intermedios de una película de televisión, dónde te da tiempo a leer "crimen y castigo" y tres "holas" atrasados, te enteras que en la Edad Media se usaban los testículos de toro como uno de los mejores remedios contra la impotencia masculina.
Y claro todo acaba encajando, que para eso uno de pequeño comió todas las veces que se lo ponían, que dicho sea de paso, eran bastantes, uno de los platos típicos de su tierra: las criadillas.
Los que somos de provincias pobres sabemos lo bien aprovechados que están los recursos de la tierra, si por Cáceres elaboran de mil maneras los lagartos, que para eso abundan, en Salamanca todo lo que tenga que ver con el toro tiene su plato asociado, incluidos los testículos del pobre bicho que, para que no sonara demasiado duro cuando se cocinaban se convertían, como por arte de magia, en "criadillas".
Mira tú por dónde algunos sacrificios acaban teniendo su recompensa, así, y por esos malos ratos que pasé comiendo aquello que nunca llegó a gustarme por mucha salsa que le pusieran, hoy puedo ahorrarme un "güevo" y parte del otro (nunca mejor dicho) en Viagra, Cialis, Uprima, Levitra y demás pastillitas milagrosas.
Por cierto, si los testículos de toro se usaban para la impotencia masculina, para la esterilidad femenina se usaban los úteros de coneja, Digo yo que en mi pueblo o no había muchas conejas (animales) o no había muchas estériles (mujeres), que no recuerdo yo ningún plato con semejante ingrediente.
213. Lunes, 3 noviembre, 2003
Capítulo Ducentésimo decimotercero: ¿Por qué dicen que, precisamente las prostitutas, son mujeres de vida "fácil"?
Tengo una amiga puta, una trabajadora de la causa sexual que dicen ahora. No es la mejor persona del mundo, no presenta un telediario ni se merece un príncipe o un dentista, pero es una "buena" persona en el sentido más "machadiano" de la palabra.
Está harta, como casi todas sus colegas de trabajo, de los intelectuales de salón que la consideran una "santa" solo por ser puta, de los que se empeñan en fundar y refundar "putas sin fronteras" disfrazándolas de "oenegés" sólo para quedarse con el dinero de las subvenciones, pero tampoco es la "pecadora" que pregonan los fariseos meapilas y bienpensantes estrechos de mente, esos que tanto abundan y que tan buenos "dineros" dejan al negocio.
Este fin de semana me lo confesaba en voz baja, anda preocupada por que algunos se han empeñado en retirarla de su "despacho" en forma de esquina, que es su lugar de trabajo, para cambiárselo por un club donde el dueño del local se lleve el cincuenta por ciento del esfuerzo de un cuerpo que es suyo al 100%.
Dicen que afea el paisaje, y mi amiga, que siempre ha sido puta por vocación, no entiende muy bien a que viene esa obsesión por la decoración de la calle, y más cuando son esos preocupados por la estética, los incapaces de ver más allá de sus narices algo tan evidente como que la mayoría de ellas lo único que esperan es un mínimo empujón para poder salir de esa cuneta húmeda en la que se encuentran.
Mi amiga ama su profesión, cree en su oficio como un servicio público necesario y como un negocio que funciona, por eso no acaba de entender como se preocupan de lo que "estropean" la calle con la cantidad de problemas que padecen.
Y mi amiga, que por encima de todo es persona, siempre que saca el tema se pone muy nerviosa y se exalta cuando trata de defender como mujer lo que le quieren quitar como puta: la dignidad.
Aunque se que va a ser muy difícil, espero Marta que leas esto, va por ti.
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