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  128. Lunes, 2 Junio, 2003



Capítulo Centésimo vigésimo octavo: Si la capa de ozono tiene un agujero, ¿como puede volar ozono?



Sigo buscando remedios caseros que me acerquen al elixir de la eterna juventud. Dicen en mi pueblo que “quien tiene hambre con pan sueña”, y una edad “difícil” es lo que tiene.




Acabo de encontrar un remedio bueno, bonito y barato: besar. Un apasionado beso de apenas tres minutos quema, por lo menos doce calorías. Aplicando la frase de Coco Chanel nunca se es suficientemente rico, ni se está suficientemente delgado”, habrá que practicar lo de los besos apasionados a la menor oportunidad.



Pero hay más ventajas, besar ayuda al sistema inmunológico a prevenir problemas de circulación o de estómago, al besar se aumenta el ritmo cardiaco, el corazón bombea un litro más de sangre y los tejidos quedan mucho más oxigenados.



Además los que besan habitualmente duermen mejor y de manera mucho más profunda. El beso es una buena terapia antiestrés y un magnifico calmante del dolor.



Eso sí, es conveniente que el beso sea “de tornillo” que es el que de verdad pone en movimiento los veintinueve músculos faciales capaces de prevenir las señales de envejecimiento y que es el que, según los expertos, hace que los “besucones” tengan un promedio de vida de cinco años más.



Y si todo lo anterior es mentira, que no digo yo que no, siempre nos quedará el recuerdo de un intenso intercambio de fluidos, con el permiso de la hepatitis, claro.