116. Viernes, 16 Mayo, 2003
Capítulo Centésimo decimosexto: ¿Como se puede rematar a un muerto?
Los años y el amor no suelen ser muy compatibles, hombres como
Andy García haciendo de mártir en “
Cuando un hombre ama a una mujer”, casado con una estúpida, grosera y alcohólica señora, a la que jura amor eterno mientras él tiene que atender a los niños, llevar la casa y ayudarle a superar su problema de adicción, no se encuentran todos los días.
El problema es saber cuando esos
boxer de ositos que le daban personalidad pasan a ser calzoncillos horteras; Ese es un punto verdaderamente crítico en cualquier relación. A partir de ahí se hace necesario actuar de urgencia: o te quedas con él para toda la vida empapándote de los consejos de algún libro que por lo menos se titule:
“No seré feliz pero tengo marido”, o empiezas a buscar una manera discreta de salir corriendo.
Que para salir corriendo siempre hay tiempo y maneras de hacerlo !haberlas, haylas! Cualquier
“cosmopolitan”, está abarrotado de consejos para abandonar el barco de forma tajante y con la cabeza muy alta, desde el expeditivo, pero efectivo a más no poder de:
“creo que tienes el pene más pequeño que he visto en mi vida”, hasta el más diplomático, soltándole eso de:
“sé que te va a encantar mi marido. Vamos a escoger una fecha en que él no esté de viaje para que podamos salir a cenar los tres y conocernos mejor”
Y haber quien es nadie para llevarle la contraria a esa bíblia del saber que es el
“cosmo”.