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  111. Viernes, 9 Mayo, 2003

Capítulo Centésimo undécimo: ¿Adán y Eva, tenían ombligos?

Hay una televisión local en Madrid que tiene un método infalible para poner a prueba la fidelidad de tu pareja. El mecanismo no puede ser más sencillo, aquellas (todas las que he visto han sido chicas), que quieren comprobarlo escriben al programa dando el nombre y el número de su “agraciado” compañero; Una señorita con voz de teléfono erótico les llama, muy insinuantemente para quedar con ellos, prometiéndoles toda una noche de loca pasión.

No he visto que ninguno la rechazara, todos acabaron aceptando esa “canita al aire” en principio sin mayores problemas, con una desconocida. Es verdad que la señorita en cuestión se lo trabaja a fondo, “que si te he visto y me he quedado enamorada de ti”, “que si hacia tiempo que no veía alguien que me atrajera como tu”, “que si estoy muy buena” . Una profesional vamos.

La cara que se les debe de quedar cuando al final le explican la situación, debe de ser todo un poema a juzgar con la incredulidad primero y los improperios que después, lanza el “cazado”, sobre todo cuando le cuentan que se está emitiendo su conversación.

Hay una versión más casera del asunto, se trata de coger el móvil de alguna amiga o amigo –por experimentar que no quede- y mandarle un mensaje insinuante, solo queda esperar la respuesta con alguna silla cerca, seguro que hay contestaciones para todos los gustos.