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  052. Lunes, 10 febrero, 2003

Capítulo Quincuagésimo segundo: ¿Un “americonado” es un gay americano?

Esta mañana me he dado un baño en vez de una ducha, da más tiempo para pensar, da más tiempo para experimentar cosas, que levante la mano el que no se asombrara la primera vez que vio las burbujas de un “autopedo” navegando desde las profundidades a la superficie del agua.

Más tiempo para unas cosas quiere decir menos para otras, hay que desayunar deprisa, salir mirando el reloj, que eso queda muy bien siempre aunque lleves la muñeca desnuda, no tropezarte con el vecino que cada mañana invariablemente te quita el ascensor, está claro, cinco minutos más tarde y cambia el mundo de cada mañana, una de las mejores disculpas para llegar tarde al trabajo.

Sé que quizá debería hacer un comentario profundo sobre el último ensayo que he leído, un panfleto incendiario sobre la crisis internacional, o hacer algo más íntimo y sumergirme en las interioridades de mi alma para desnudar mis sentimientos; Seguro que debería de hacer eso, pero es que esta mañana voy simple, como casi siempre.