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  Viernes, 10 enero, 2003

¿Es posible empujar una cuerda?

Acaban de instalar en el retrete (uno es de provincias y eso del aseo, el baño o el servicio lo ve más bien lejano), un aparatito para secarse las manos que funciona sin botón ni nada. Si, ya sé que es una cosa muy normal pero es qué, acostumbrados a tirar del papel de culo (sigo siendo de provincias y eso de “papel higiénico” nunca lo he entendido muy bien) cada vez que había que secarse, tengo que reconocer que es un paso hacia el futuro.

Y el caso es que lo del papel no estaba mal, teniendo en cuenta que, por aquello de que es el retrete que, teoricamente, usan los jefes, el papel en cuestión es de esos suaves que anuncian cachorros de perro y sirven como alternativa, mucho más natural y ecológica donde va a parar, a la silicona. Y sin pasar por el quirófano.

En eso también hemos avanzado, en lo del papel digo, que antes también los había suavecitos, que no digo yo que no, pero debía de quedar para los que habían viajado y eso, porqué en la mayoría de las casas la estrella indiscutible era el del “elefante” con su textura inolvidable y su color sospechosamente estudiado para que hiciera juego con su uso. ¡Cuanta gente sufre hoy “en silencio” gracias a aquellos rollos”!.

Además tenían la gran ventaja añadida de su papel de “celofán” amarillo en el que venia envuelto y que nos transportaba al futuro, al poder contemplar por primera vez, los ensayos de la televisión en color antes de que nos enviaran los americanos la tecnología necesaria, bastaba con plantar el papelito amarillo en la pantalla y todo cambiaba como por arte de magia.

Si, vale, se veía todo amarillo, pero si tenemos en cuenta que, al fin y al cabo, no hay más que tres colores.. pues tampoco estaba la cosa tan mal, al menos había un tercio de color, y gratis, para que nos hablen ahora de reciclar y de aprovechar los envases.