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  Martes, 3 diciembre, 2002

¿Pueden los cocodrilos sacar la lengua?

Ayer estuve en uno de esos macrocentros comerciales donde parece que te agachas a atarte un zapato y cuando te levantas te han construido una nueva nave que tiene “todo-para-el-deporte-y-si-lo-encuentra-más-barato-le-devolvemos-el-dinero”.

Teniendo en cuenta que no solo no tengo coche, sino que ni tan siquiera se conducir, y que todos estos centros están, como mínimo, en la salida diecinueve de la autopista correspondiente, la visita me resultó curiosa, un poco por la falta de costumbre, es verdad, pero sobre todo por la cantidad de coches, gente, bolsas y dinero que circulaba en todas las direcciones, sin apenas rozarse.

Mis acompañantes, personas con una enorme práctica en este tipo de experiencias, y muy entendidas en todas y cada una de las especializadas y digitalizadas naves por las que me pasearon, encontraban una explicación evidente a aquella manifestación silenciosa dominada por bolsas de todos los colores: son simplemente las navidades y que la gente ha empezado a cobrar la extra.. al fin y al cabo una cosa es consecuencia de la otra, o la otra de la una..

Sin embargo ni lo de la extra, ni lo de las navidades son algo nuevo, y en cambio lo de comprar en ikea tiene muy poquitos años.. digo yo que habrá alguna otra razón para que la primera cosa dulce que he probado este año con sabor a navidad no han sido los trozos que se caían al partir con el mango del cuchillo el turrón duro como me pasaba hace algún año, sino galletas suecas con la cara de papa noel.. cosas de la globalización supongo.