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  Viernes 15 de noviembre, 2002

La solución al tráfico: ¿Podía el ayuntamiento pagar a alguien para que empezara a cruzar los pasos de peatones?


Hoy he discutido, pero discutir, discutir, es de las pocas cosas buenas que tiene haber pasado la adolescencia.. bueno varias adolescencias las cosas como son. Pero a lo que iba, que hay cosas que solo se puede uno permitir si sabes que el futuro lo tienes más o menos resuelto y una de esas, que para que negarlo, la busco, es perder los nervios en una discusión.

Bien mirado la verdad es que el motivo es lo de menos, lo del motivo no es más que un punto de partida, una disculpa, de hecho a los dos o tres minutos ni te acuerdas de que va la guerra, pero tampoco importa mucho. Lo primero es buscar una causa justa eso si, bueno no es que sea imprescindible pero si ayuda mucho a que parezca que tu monumental enfado está basado en una realidad incuestionable, además como sacarán una y mil veces el famoso argumento de que pierdes la razón por las formas, lo ideal es tener esa razón.

Mis discusiones preferidas son en los pasos de peatones, no es que los busque, pero tiene cierto morbo empezar a pasar por uno cuando se acerca un coche más o menos deprisa sin intención alguna de parar, el simple hecho de que el conductor adivine tus intenciones de cruzar hace que acelere y que uno mentalmente calcule la mejor manera de hacerle parar unos metros antes y despotricar histericamente sobre la velocidad que llevaba y el riesgo tan enorme que me ha hecho correr.. ¡y en un paso de peatones!.. La idea de Matt Groening en boca de Homer Simpson sobre lo bien que iría la circulación si todos los semáforos estuvieran en ambar, en vista de como aceleran los conductores cuando aparece ese color se podía aplicar a peatones intentando cruzar la calle.. la idea es gratis.

Pero como siempre me voy del tema, decía que hoy he discutido pero nada que ver con un paso de peatones, no sé si resumir mucho la cosa, entrar en detalles serían varios folios pero contado por encima perdería casi toda la gracia. Dicho de una forma concisa lo primero es meterse en situación, alguien del trabajo le ha dicho al jefe que los colaboradores más directos-sin mencionar nombres por supuesto- están hartos de el; El rebote de el jefe es más que evidente y en una minicumbre –estos términos de la nueva economía quedan de lujo- nos lo suelta muy enfadado, el siguiente paso después de negarlo en rotundo uno por uno es ir a buscar al susodicho chivato para que lo diga delante de nosotros y por supuesto, al ver su juego descubierto empiezan las disculpas y las loas en una manera de recoger cable que por otra parte y ahora que no nos lee nadie, es muy humana.

“No era por vosotros”, con esa frase intentaba quitarnos de en medio, pero el motivo era lo de menos, había una causa, era más o menos justa, y el responsable estaba enfrente, las condiciones ideales para poder perder las formas, las condiciones ideales para desplegar toda la artillería salpicando cada gesto, más teatral que real, con insultos de esos que todo el mundo comprende que grites cuando se cree que estás cabreado, sí, porqué es curioso, hay una ristra de insultos que aunque los sueltes nadie te dice aquello de que le estas faltando al respeto y sin embargo se lo estás faltando igual, llamar a alguien “estupido” en una discusión suele pasar desapercibido si creen que tienes razón, sin embargo le dices “hijo de puta” y se enfadan.. ya ves tu que cosas porqué mirandolo bien ni ser hijo ni ser puta es nada ofensivo.. y si ninguna de las dos cosas es mala no veo yo porqué juntas.. pero bueno eso es otro tema.

Lo evidente es lo bien que se queda uno, hombre también depende de la habilidad del contrario, en eso como en todo hay clases, claro que es un problema adivinar la capacidad de verborrea del contrario la mayoría de las veces. Aunque para esto siempre hay pruebas más o menos sencillas que por lo menos nos hacen hacernos una idea de con quien nos la estamos jugando, así cuando, por ejemplo, en el comienzo de la batalla le dices algo y el te contesta que eso no es así y tu a su vez empiezas el discurso de “¿me estas llamando mentiroso?, su forma de reaccionar es todo un síntoma claro, alguien no muy ducho en estas historias se descuadra y empieza a balbucear.. mal contrincante nos ha tocado.

Ya me he perdido... ah! sí solo quería protestar contra eso de que quien pierde las formas pierde la razón. oiga usted, pues no, puedes perder las formas y seguir con toda la razón del mundo y al contrario, que una discusión es una discusión y lo de las buenas maneras se queda para el anuncio de los ferrero rocher. Bueno o algo así.