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  Martes, 26 noviembre, 2002

Cita siempre errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumas (Noel Claraso).

Anoche me quede viendo una película de miedo, no suelo ver películas en la televisión, soy incapaz de mantener la atención en un anuncio de veinte segundos, como para mantenerme quieto durante hora y media, pero de vez en cuando, me pasan estas cosas, debe de ser la edad.

La conclusión después de ver psicópatas asesinos con chalecos antibalas en mitad de miles de anuncios de juguetes y turrones fue hacer una disquisición filosófica, -quizá fuera el hambre-, acerca de lo mucho que se parecen los protagonistas de estas películas a los que escribimos y hablamos, no hay nada más tonto en cualquiera de estas tres cosas que pasarse de listo.

Saber como llegué a tan extraña consecuencia partiendo del fantasma de un cirujano loco experimentado en la anestesia sin dolor que terminaba literalmente absorbido por sus pacientes no era cosa fácil, y como todas las cosas que no son fáciles acabó por diluirse en la cabeza sin mayor problemas, digo que pasé de entender como llegué a esa conclusión, no a la conclusión en sí, al fin y al cabo como decía Noel Claraso ¡!!!para cuando una reivindicación de gente como él a pesar de que no muriera en la guerra!!!: “cada uno tiene su carácter, aunque no lo ejerza”.

Además, me acabé enfadando; En un momento de la película el pelo de uno de los protagonistas se puso blanco de repente, la situación de ver como un muerto que no era tal te agarra por el cuello no era mala justificación para tan repentino cambio capilar de color, pero a mi siempre me contaron que para que el pelo cambie de color de forma natural –lo de los tintes es otra historia- se necesitan por lo menos 10 días, la cosa no tendría mas importancia, al fin y al cabo era solo una película y fijándose en los decorados, no de gran presupuesto precisamente, pero me fastidió, debía de tener la noche boba.